domingo, 22 de diciembre de 2013

PARSIFAL, ÚLTIMO DRAMA MUSICAL DE RICHARD WAGNER





Escribir en red sirve entre otras cosas, para recordar lo que se ha oído y visto. De ésta modo he logrado enumerar las veces que he escuchado a la Orquesta Ciudad de Granada en el Auditorio Manuel de Falla,las distintos estrenos de óperas en directo transmitidas   vía satélite en los cines Kinépoli, que empiezo a ver.

El 18 de Diciembre pasado asistí al estreno de la última  ópera de Richard Wagner Parsifal en el Royal Ópera House London con curiosidad, ya que la puesta en escena de Stephen Langridge, no me gustaba nada la había visto antes en la página web oficial del  Covent Garden.

Para contar una historia medieval del siglo XIII de senderismo y bosque con castillo incluido,(objeto base de de escenificación), la imaginación del escenógrafo vuela, consiste en tres cubos transparentes que contienen un hospital con cama y gotero, otro al Santo Grial representado por un niño que se hace hombre vestido de Jesús, que con un cuchillo en su costado lo hieren para tomar la sangre y cuerpo del Salvador, y él tercero imágenes narrativos a su voluntad. Un desastre.

 Tenía puesta la esperanza de que el sonido y los  subtítulos  fueran  corregidos  por la sala de proyección (experiencia muy mala de mi anterior visita con Las Vísperas Sicilianas de Giuseppe Verdi), comentado en anterior entrada.

El sofoco  con el consiguiente disgusto fue mayúsculo, seguía con la misma deficiencia, hasta  que en el 2º acto por indicación y protesta  mía, fueron subsanados  a pesar de que el público asistente callara, perdiendo la oportunidad de disfrutar. 


Parsifal es un drama musical sacro en tres actos con libreto de Wagner estrenado en  Bayreuth Festpielhause en Julio 1882 bajo la dirección del propio compositor. Éste recogió un numeroso material para la que sería su última ópera, en el verano de 1845, cuando leyó los poemas Parsifal y Titurel de Wolfram von Eschenbach, que estaban influidos por antiguas leyendas bretonas.
 
La trama gira en torno a los caballeros del Santo Grial, que custodian  el sagrado cáliz de Jesucristo, utilizado en la última cena, en la sagrada montaña de Montsalvat, en los Pirineos. Los caballeros del Grial, mandados ahora por Amfortas, hijo del viejo Titurel, que le ha cedido el puesto, están desalentados desde que aquél fue a destruir el castillo del malvado Klingsor armado con la lanza sagrada y cayendo en el pecado con una joven mujer, le fue arrebatada y herido en un costado con ella. Desde entonces, la herida no ha dejado de sangrar y la paloma sagrada no acude como de costumbre, cada Viernes Santo, a la celebración de la consagración .Solo un héroe, puro de todo mal y de gran compasión, podrá un día recuperar la lanza sagrada y cura la herida de Amfortas. Ese puro “tonto” no es otro que Parsifal. 




 




Mi opinión respecto a la interpretación y dirección musical de Antonio Pappano, fue muy irregular  tuvo altos y bajos, lagunas, en bastantes pasajes, falta de fuerza, cuando se necesitaba, lento en otros, con una administración del tempo inadecuada.

La interpretación teatral del bajo barítono  Gerald Finley en el papel Amfortas  fue buena como actor.

 René Pape bajo en Gunemanz   careció de peso, dramatismo y volumen propio de un intérprete wagneriano, respecto a Parsifal, el tenor Simón O”Neill  su aspecto fisco,  muy grueso, inadecuado para el personaje, con timbre poco brillante y potente, poco aflautado.

La caracterización de Ángela  Denoke  como Kundry  demacrada y con la cabeza rapada en el primer acto horrible, en el segundo acto, con peluca roja para seducir a Parsifal  y después  como María Magdalena, para ungirle los pies , y secarlos con   su pelo, voz  convincente buena calidad sin adornos.

Willard Blanco bajo con mucha fuerza vocal en su papel del mago Klingsor, para mi gusto el mejor. Igualmente Robert Lloyd como el viejo Titurel.

Finalmente, estreno sin pena ni gloria, para olvidar.

Hasta pronto.-


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